En su clásica columna semanal “La otra campana” que se emite por radio Turística AM 1410 los días jueves a las 10;05 hrs, Héctor Amodio Pérez desata una ráfaga de ironía, análisis político y denuncias sobre el entramado de poder en Uruguay. Entre bromas punzantes y referencias futbolísticas, el exmilitante tupamaro lanza acusaciones directas contra figuras políticas y sindicales, cuestionando la transparencia y la justicia en el país.
El programa comienza con una dosis de humor ácido al comentar el triunfo de la selección uruguaya sobre Venezuela. “Le ganamos a una selección que ni pincha ni corta”, dice Amodio, señalando que incluso ese hecho “debería ser sumado a los logros del gobierno” por el Frente Amplio. Pero rápidamente cambia de tono para enfocarse en un caso judicial que, según él, expone las fallas del sistema.
El centro de su crítica gira en torno al senador Charles Carrera, recientemente imputado por fraude, uso indebido de información y falsificación ideológica. Amodio cuestiona que se justifique una acción ilegal con la excusa de “humanidad”, cuando se utilizan fondos públicos: “La humanidad es válida con dinero propio, no con el de todos”.
Amodio remarca que, en lugar de enfrentar las consecuencias, se victimiza: “Engañó, falsificó, y todavía se queja”. Según su análisis, mientras a cualquier ciudadano lo mandan preso de inmediato, a ciertas figuras se les permite maniobrar en los márgenes del sistema.
También se refiere a la supuesta utilización de recursos estatales y conocimiento privilegiado para beneficiar a terceros en el sistema de salud policial.
Pero no solo carga contra Carrera. El fuego cruzado alcanza también al sindicalismo vinculado al Partido Comunista. Denuncia que fondos destinados a viviendas obreras fueron desviados por dirigentes del SUNCA (sindicato de la construcción), y recuerda cómo “en los años 70, también se usaba dinero del sindicato para financiar al partido”. Incluso parodia un tango para reforzar su punto: “el Partido Comunista es una entidad depredadora”.
Amodio no olvida viejas heridas. Critica duramente a los fiscales Díaz y Cancela por su actuación en su propio caso, mencionando trabas administrativas y decisiones arbitrarias. “Encajonaron mi pedido de viaje para visitar a mi familia, por puro ensañamiento”, dice, recordando un episodio judicial que lo afectó directamente.
Al terminar la audición semanal, cierra con una reflexión sobre la falta de credibilidad en el sistema judicial y político: “Estamos en Uruguay… donde los expedientes duermen en cajones y nadie paga los errores con su bolsillo”.
Este capítulo de Amodio es un recordatorio brutal de que, tras la fachada democrática, el poder sigue jugando con reglas propias. Entre denuncias de corrupción, favores políticos y desvíos de fondos, el oyente queda con una pregunta resonante: ¿quién custodia al que custodia?