En una conferencia de prensa cargada de datos contundentes y tono de preocupación, las nuevas autoridades de la Intendencia de Salto revelaron una deuda millonaria que sacude los cimientos de la gestión saliente. Según explicaron el secretario general Walter Texeira y el director de Hacienda Nicolas Irigoyen , se encontraron con una deuda impaga de 300 millones de pesos uruguayos con el Banco República, que no fue debidamente informada durante la transición de gobierno.
“La Intendencia está en una profunda crisis financiera y operativa”, afirmaron, subrayando que esta situación no fue adecuadamente comunicada por la anterior administración.
La línea de crédito, conocida como el «duodécimo», es una herramienta habitual para garantizar el funcionamiento mensual de la intendencia, pero debe cancelarse antes de que finalice el período de gobierno. Esto no ocurrió. La nueva gestión ahora debe lidiar con el vencimiento, la amenaza de ejecución de garantías y el riesgo de que el banco retenga fondos clave para el funcionamiento básico del gobierno local.
Lo que se denunció:
La deuda no fue cancelada al final del período anterior, como manda la normativa.Se usó casi en su totalidad la línea de crédito, dejando sin margen operativo a la nueva administración.No hubo una comunicación clara durante la transición. Algunos datos financieros clave se omitieron deliberadamente o llegaron tarde.Se investiga la posible responsabilidad legal del exintendente por incumplimiento de deberes.
¿Qué se pone en riesgo?
El pago a proveedores y funcionarios.Servicios públicos esenciales.
La credibilidad institucional ante los organismos de control y la banca.La nueva administración prometió transparencia, responsabilidad y acción: están en diálogo con el Banco República, la Junta Departamental y el Tribunal de Cuentas para refinanciar la deuda y evitar mayores perjuicios.“Nos estamos haciendo cargo. No vamos a permitir que esto afecte a la ciudadanía ni a los funcionarios”, aseguraron.
La frase final fue clara: “Cada día aparece una deuda nueva”. Esto marca el inicio de una etapa de auditoría, orden y recuperación para la administración salteña.