En una entrevista realizada por Cero Estrés Radio, el edil Dr. Enzo Molina abordó con claridad y firmeza el escenario político y administrativo que se abre tras el cambio de gobierno departamental en Salto. Lejos de discursos vacíos, Molina planteó lo que muchos piensan pero pocos se animan a decir: la transición ha sido empañada por decisiones apresuradas y poco transparentes que comprometen el futuro de todos los salteños.
La supuesta efectivización de 292 designaciones directas es el ejemplo más claro de una práctica que confunde lealtad partidaria con política pública. ¿Quién se hace cargo del costo económico y moral de esta maniobra? El pueblo de Salto, que ya está asfixiado por un presupuesto donde 89 de cada 100 pesos se destinan a sueldos y administración, dejando solo 11 para obras y servicios reales.
Molina no esquivó el tema: cuestionó el rol del sindicato municipal ADÉOM, cuya dirigencia –según sus palabras– “está coludida con la administración saliente” para dejar «un regalito» al nuevo gobierno. Un acuerdo implícito para presupuestar punteros políticos que, en cualquier lógica de alternancia democrática, deberían dejar su cargo junto con el intendente que los nombró.
“La gente nos votó para cambiar esto”, dijo Molina. Y ese cambio no es solo de caras, es de prioridades, de métodos y de respeto por la ciudadanía. El nuevo gobierno, encabezado por Carlos Albisu, tiene el desafío y el deber de revisar cada caso, uno por uno, y tomar decisiones con responsabilidad, pero también con valentía. “No le tenemos miedo al conflicto cuando se trata de defender lo justo”, sentenció el edil.
También denunció la precarización laboral generada por monotributistas que cumplen funciones esenciales sin estabilidad ni derechos básicos, y calificó esa situación como “una de las peores herencias de la administración anterior”.
El mensaje fue claro: el gremio no gobierna, y este nuevo período no será rehén de acuerdos políticos disfrazados de justicia social. Salto necesita un gobierno que invierta, que ordene las cuentas y que respete el esfuerzo del contribuyente. No hay gestión posible si todo se va en sueldos, si se sigue engordando el aparato estatal con fines electorales, mientras las calles, los servicios y la infraestructura se deterioran.
En palabras del Dr. Molina, “no vinimos a perseguir a nadie, vinimos a gobernar con seriedad. Basta de jodas a costa del pueblo”.
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